Hace mucho frío cuando Artaud el Muerde Muertos es quien sopla | Manifiesto Artaud de Todo

El País de la Bruma | Desatormentándonos

Reseña de Desatormentándonos (Muerde Muertos, 2021), 160 páginas.
 
Por Mercedes Giuffré | El País de la Bruma | Viernes 5 de noviembre de 2021


En el marco del aniversario de la editorial independiente Muerde Muertos, dedicada a los géneros terror, fantástico, erótico y afines, se publicó recientemente esta antología de cuentos del periodista y escritor José María Marcos, cofundador de dicha editorial.
Desatormentándonos toma su nombre del célebre álbum editado en 1972 por la banda Pescado Rabioso, del cual declara el propio autor que “su fantasmagórica psicodelia se conecta con las ficciones que me transformaron en lector”. Y agrega: “Su sincretismo entre lo macabro, lo poético y lo visceral han dejado infinidad de gemas oscuras…”.
La antología recoge cuentos escritos durante una década, en simétrica oposición con Los fantasmas siempre tienen hambre, otra antología del autor que inició la colección Muertos, en los que José María Marcos declara que trabajó desde la sutileza (mientras que en los que nos ocupan, lo hizo desde lo chirriante).
Hay en Desatormentándonos un clima que retrotrae a sus vivencias de la infancia en Uribelarrea, la patria chica, a las noches de sábado frente al televisor viendo películas de Vincent Price presentadas por el español Narciso Ibáñez Menta, a las posteriores lecturas de Stephen King y de Julio Cortázar, al cine clásico de terror, como los zombies de Romero o Los pájaros de Hitchcock. El autor no desdeña sino que homenajea tales influencias que lo marcaron tanto como su pueblo. A cada paso, se encuentra el lector con solapados o abiertos reconocimientos. Pero la antología no se queda en eso sino que se anima a más, porque se atreve a una operación que habíamos advertido ya en el policial argentino, tanto clásico como negro, tanto en Borges y Bioy como en Sasturain, Martini o Feinmann: la parodia. La respuesta literaria a una pregunta latente. ¿Es posible replicar desde acá un género foráneo de manera original? Los cuentos de Desatormentándonos gozan de un humor visceral que emerge para descomprimir lo genérico, la situación fantástica que se desborda. Y en ese gesto, el autor responde al interrogante planteado. Es posible, sí, pero desde la tensión y la antípoda, desde la ruptura.
José María Marcos es poseedor de una estética propia, que fusiona las influencias mencionadas y la observación de su entorno y realidad, con un lenguaje que es medido pero a la vez incisivo, sin excesos pero certero. Cada palabra transporta a los lectores a ese mundo al que homenajea y del que (y con el que) se ríe un poco, las tardes en Uribelarrea detenidas en el tiempo, la cultura popular de los setenta y los ochenta, los amigos y vecinos, incluso los colegas. Sus personajes son caracteres particulares que encierran universales: la ingenua devota en exceso, el solitario, la chismosa, el abuelo bebedor, los niños crueles... Hay en estos cuentos situaciones que recuerdan a los clásicos del género del terror, desde Lovecraft hasta Stephen King, y también Hollywood, con sus aparecidos, sus máquinas diabólicas y sus zombies.
La lectura de Desatormentándonos es gratificante. La escritura de José María Marcos resulta honesta y generosa, como su sello editorial que recupera una literatura y géneros tan necesarios. El libro nos sumerge en una dimensión lúdica y atemporal que opera de remanso. “Escribir y leer sobre los miedos y los monstruos es una forma de lidiar con las violencias que transitamos”, señala el prólogo. Y en verdad lo es.