Hace mucho frío cuando Artaud el Muerde Muertos es quien sopla | Manifiesto Artaud de Todo

Sueños que nos arrastran al más allá

Reseña de Los hombres malos usan sombrero (Muerde Muertos, 2015) de Lucas Berruezo | Por Juan Esteban Bassagaisteguy | Readers United (Grupo de Lectores) 

Alejandro se incorporó hasta quedar sentado y miró el reloj despertador. Eran las tres y cuarto de la mañana y ya había perdido toda esperanza en dormir. Hacía al menos una semana que no dormía bien, que no lograba pasar una noche entera en la cama. Desde que había arrancado a Carola de ese mugroso baño, el sueño se le había vuelto ajeno, esquivo. Pero incluso hasta eso había empeorado después de ver a la vieja en el aula y a la nena debajo de él, en su cama. Eso sí, a diferencia suya, Marisa dormía sin problemas...

Así comienza esta pequeña gran novela de Lucas. Esta intro atrapa, y te obliga a querer leer ¡Ya! para saber quiénes son esos enigmáticos personajes.
Alejandro Paredes es un joven porteño que labura como telemarketer en una empresa de Flores, vendiendo celulares, que estudia Letras en la facultad, y que lleva una monótona vida de pareja con Marisa, su novia, con quien comparte un pequeña departamento. Además, sueña con ser escritor.
Como vendedor de celulares no le va muy bien: es uno de los pocos empleados cuyo promedio de ventas cae día a día. En la Facultad se siente muy agobiado con los exámenes. Con al escritura no termina de despegar... Pero lo más complicado está en casa: Marisa sueña con tener un bebé, y Alejandro, acuciado por la situación económica, no quiere saber nada.
En eso está Alejandro cuando, luego de terminar uno de sus días de laburo (igual a todos los demás: no vendió nada), antes de volver a su casa pasa por un bar cercano a su trabajo para ir al baño, y encuentra escondida, ahí, en el propio baño de hombres, a una nena de seis años.
La nena está asustadísima, e insiste que no la deje con los hombres malos, que los hombres malos la van a agarrar. Alejandro, entonces, la sienta a una mesa del bar y entablan un diálogo sobre la nena (se llama Carola) y los hombres malos; y ella le dice que usan sombreros para taparse la cabeza y que nadie se de cuenta de lo malo que son. En el medio de la charla aparece una mujer que dice ser la madre de la nena; le pide disculpas a Alejandro, reta a Carola por escaparse, y la agarra fuerte de una mano y, ante las protesta de la nena, se la lleva del bar. Alejandro ve como la nena se resiste, llorando, pero no hace nada. La mujer que dice ser la madre de Carola, claro, lleva sombrero...
La sorpresa viene después, cuando en el noticiero de Telefé el periodista Rodolfo Barili anuncia la misteriosa desaparición de una nena de seis años... ¡en el mismo barrio de Flores!
Todo indica que se trata de Carola. Y Alejandro, entonces, se desespera. Y más cuando, al otro día, solamente él es quien recuerda lo que pasó el día anterior: ni su esposa se acuerda del diálogo que mantuvieron sobre el tema después de ver la noticia en la tele, ni el dueño del bar, cuando Alejandro lo apura, se acuerda de haber visto a ninguna nena en su negocio...
Y ahí la historia empieza a recorrer un camino de ida hacia lo sobrenatural, hacia lo imposible, hacia la violencia, que concluirá recién seis años después. ¿Cómo concluye? Habrá que leer la novela para saberlo.
Lucas Berruezo ha escrito, en solo noventa y nueve páginas, una historia increíble, atrapante, llena de suspenso, y que no podés parar de leer.
Recontrarecomendadísima: de lo mejor que leí en el año.