María Sola opinó siempre que escribir es como dibujar o pintar: sólo se trata de diferentes formas de lectura. Comenzó a dibujar a partir de un libro de Macedonio Fernández y, buscando su propia voz, se formó en talleres de artistas plásticos como Néstor Cruz, Oscar Mara y Carlos Cañás. Estudió Historia del Arte con Carlos Collazo y Raúl Santana. Participó de muestras colectivas e individuales. Obtuvo treinta y siete premios nacionales, provinciales e internacionales. Coordinó un espacio de actividades plásticas en el Neuropsiquiátrico Moyano. Con el retorno de la democracia asistió al taller literario de Antonio Di Benedetto, donde inició un nuevo camino que años después se consolidó cuando conoció al maestro Alberto Laiseca. Los cuentos de Mujer deshabitada (escritos en su mayoría durante la asistencia a los encuentros con “Lai”) confirman su talento como creadora de originales universos. www.mariasola.com.ar
CONTRATAPA: “MARÍA, USTED ES UNA GENIA”
Selva Almada
Los mundos creados por María Sola asombran, seducen o nos sumergen en el realismo delirante, pero, inevitablemente, convocan. Allí, los hombres pueden reducirse a tamaños de la física cuántica, los dedos —por caso— cobrarán brutal vida propia o una mujer se destejerá en un trono. La imaginación en florecimiento reunirá valores, intensidades y desamores apuñalados. Estos cuentos son raros. Únicos. Y por eso tentadores.
Oscar Castelnovo
Como si siguiese la recomendación de Romain Rolland de no abstenerse nunca ante la duda, María Sola no se priva de hacer lo que sus intuiciones le dictan, pero se niega a los resultados fáciles. Combina lo intuitivo con lo racional.
Aldo Galli, La Nación, 25 de enero de 1992
Desbordantes de paisajes y símbolos, los cuentos de Mujer deshabitada confían en la complicidad de los lectores que amamos sumergirnos en otros mundos. Con exuberante imaginación, María Sola propone un viaje hacia paraísos perdidos para que, en algún momento de la travesía, encontremos fragmentos de un espejo que refleja la fugaz huella de lo maravilloso.
