Hace mucho frío cuando Artaud el Muerde Muertos es quien sopla | Manifiesto Artaud de Todo

“Un libro sobre la fe en que la literatura existe”

Palabras de José María Marcos durante la presentación de Muerde muertos (quién alimenta a quién...) (*)

EL ORIGEN DE LOS MUERDE MUERTOS

Algunos se preguntarán, otros no, por qué la novela lleva el mismo nombre de la editorial Muerde Muertos.
En primer lugar, podemos revelar que fue una novela a pedido de los editores (o sea de nosotros mismos), que queríamos contar qué son los muerde muertos, o croque-morts, como se los llama en Francia. Los croque-morts existieron como profesión vergonzante, emparentados con verdugos y enterradores, profesión transmitida familiarmente y mantenida entre tinieblas por su mismo carácter. Es más, el término “croque-morts” subsiste aún en Francia como modo denigrante hacia quienes trabajan en los cementerios o en las funerarias, del mismo modo que en el habla hispana se nombra a “chupacirios” a las personas muy religiosas, “matasanos” a médicos, o ya que estamos en la Escuela Freudiana, “locólogos” o “loquiátras” a psicólogos y psiquiatras.
Los muerde muertos cumplían con el protocolo pre-médico de comprobar la efectiva muerte de un sujeto mediante una buena mordida en el dedo gordo del pie. En la época de las grandes batallas, mucho antes de que Francia se configurara nación, se los utilizaba para diferenciar a vivos y a muertos mediante el mismo procedimiento.
Testimonios indican que no era muy lindo despertarte con una mordida en el dedo gordo, pero peor era que te enterraran vivo. Así que los muerde muertos eran un mal necesario.

LOS ENIGMAS DEL MUNDO

Cuando estábamos gestando la editorial, por esas cuestiones que llamaremos del azar, nos topamos con un librito de Bruguera (del que mantendremos el nombre bajo la protección del misterio). Sólo revelaremos que formaba parte de la colección “Los enigmas del mundo”. Un nombre atrapante, si los hay, para quienes somos curiosos.
Allí, y casi al pasar, se mencionaba esta profesión. Carlos fue el vehículo de la revelación, y una serie de conexiones eléctricas en su cerebro hicieron que la editorial pasara a llamarse entonces Muerde (por lo erótico que embandera mi hermano) y Muertos (por el terror, que es lo que a mí me gusta).
Así fue que, casi simultáneamente, pusimos en marcha tanto la editorial como la novela, pero, claro, las novelas no se escriben de un día para el otro y arrancamos editando otro material. Salió, de este modo, Los fantasmas siempre tienen hambre, por Muertos, e Inmaculadas, por Muerde.
Y se nos ocurrió sumar el trabajo de Fernando Figueras, al que admiramos por sus historias de realismo delirante, y a quien, en verdad, no sabíamos dónde poner.
Después de discutir un poco, nació la colección Ni Muerde Ni Muertos, el lugar que asignamos para lo que usualmente sería la corriente principal de la literatura.
Contento Figueras, contentos nosotros, y nació así su gran libro Ingrávido, que por supuesto puede adquirirse hoy. No se agolpen aún, por favor, esperen hasta el final de la presentación.
Aprovechamos para pasar otro chivo: en noviembre saldrá un libro que nos enorgullece: Árboles de tronco rojo, de Marcelo Guerrieri, que tiene bastante de muerde, de muertos y de ni muerde ni muertos. Ya tendrán oportunidad de leerlo. Hoy está aquí en la sala, así que tengan cuidado, porque se halla soltero y con ganas de morder muchos deditos.

UN LIBRO SOBRE LIBROS

A comienzos de este año, reeditamos la novela Beber en rojo, de Alberto Laiseca, el Maestro (como le decimos nosotros), que es una reescritura del Drácula, de Bram Stoker, pero que por encima de eso es una clase magistral de literatura. Su inclusión en nuestra editorial viene a dar respuesta a la necesidad de explicar cuál es nuestra mirada sobre la literatura.
Esa misma necesidad es la que nos impulsó a escribir Muerde muertos (quién alimenta a quién…), que revela quiénes son los croque-morts —que podrían hasta crear zombis rebanándoles el dedo gordo del pie—, y que, fundamentalmente, es una suerte de declaración de principios respecto a nuestro camino estético.
Por eso, elegimos escribir “un libro sobre libros”: sobre la búsqueda del Tratado del oficio de muerde muertos. Y una historia sobre un muerto, sobre el destino de Ignacio Figueras Yrigoyen, sobre cómo la tradición, las tradiciones, forman parte de nuestro sistema de creencias y nos constituyen. Es un homenaje a nuestras raíces en Salamanca, Buenos Aires y Uribelarrea. Es un libro sobre la fe en que el pasado existió y que la realidad también existe.
Es un libro sobre la fe en que la literatura existe.
De todo esto, hablaremos con Mercedes, quien nos contará cómo ella leyó el libro, qué vio en él, que no vio, qué piensa, y qué dudas trajo para compartir, para que se las respondamos o para que se vuelva con más interrogantes.

SOMOS UNA EDITORIAL KUNG FU

Antes de dejarlos con mi hermano Carlos —que quiere hablar un poco de un proyecto que tenemos en marcha para el 2013—, quería contarles por qué en vez de llamarnos “editorial independiente” preferimos decir que somos una “editorial kung fu”.
Anoche, justo, hablé por teléfono con Enzo Maqueira, que se ha puesto al hombro la idea de sumar voluntades detrás de la nueva nueva narrativa; le dije que me parecía OK la iniciativa, porque a nosotros también nos gusta sumar voluntades de gente que trabaja. Lo que no le manifesté es que estamos de acuerdo principalmente porque creemos que Enzo es un escritor y editor kung fu.
Y ya que estamos en confianza podemos contarle por qué estas nuevas editoriales y autores deben ser necesariamente kung fu. Mayormente, conocemos el kung fu por la serie televisiva, pero el término kung fu se aplica a cualquier habilidad adquirida a través del tiempo, con esfuerzo, dedicación y continuidad. Por este motivo, no es exclusivo de las artes marciales.
Y creemos que para aventurarse hoy a literatura hay que ser como los tibetanos tratando de recuperar su tierra. A la destrucción de los templos por parte de China, y contra toda lógica, los seguidores del Dalái Lama reconstruían los templos por las noches, hasta lograr que hoy sigan en pie.
Creemos que esta es la paciencia que tenía kung fu y que nosotros abrazamos, porque la literatura en general, y la fantástica en particular, imagina lo inimaginable y permite que pensemos que otro mundo es posible. De este modo, y a la manera del kung fu, despacio, con empeño, ganas y constancia, trabajamos para que lo imaginario se entrelace con lo real.
Esa es al menos nuestra apuesta.

OTRA VEZ EL VIEJO CLIVE

Por último, muchos nuevos amigos se preguntarán por qué apostamos a las historias de terror, al erotismo, a los policiales o al realismo delirante. Ahí siempre apelo a lo que dice Clive Barker, el padre del simpático Hellraiser: pienso que son corrientes que parten de la premisa de hablar de la realidad desarmándola, tiernamente, con una motosierra, para que luego la podamos mirarla desde una nueva perspectiva.

AGRADECIMIENTOS

Gracias, Mercedes Giuffré, por compartir esta mesa con nosotros. Es un orgullo y un lujo contar con una de las voces más potentes del policial histórico. Gracias a colegas, amigos, familiares, colaboradores, lectores, por acompañarnos una vez más. Gracias a Noemí Lapacó y a la Escuela Freudiana de Buenos Aires por permitirnos presentar esta nueva novela en esta casa, tal como lo hicimos en el 2007 con Recuerdos parásitos junto a Alberto Laiseca.

(*) Escuela Freudiana de Buenos Aires, Cabrera 4422, Buenos Aires, jueves 12 de julio de 2012.