Bienvenidos a la presentación del libro Estoy harto de que me saquen fotos de Martín Etchandy.
Este momento es muy especial para mí… ni hablar para el autor, pero eso ya lo dirá él. Les comento algunas impresiones mías. La primera vez que oí leer el cuento que da nombre a este volumen fue en una oportunidad que compartimos con Martín una lectura pública. El efecto del mismo en quienes escuchamos fue mágico. Es un cuento de humor, y nos causó mucha gracia a quienes lo oímos esa lluviosa noche. Yo ya conocía sus libros de poesía, pero me sorprendió su calidad narrativa. No conozco a muchas personas que salten con comodidad de la lírica a la narrativa… algunos se animan pero los resultados no son los mejores. Él es un talentoso. Puede escribir con soltura textos teatrales, poemas y cuentos. Como prueba de lo que digo no hay más que mirar este libro que está acá, su cuarto hijo. Es hermoso. Tuve el placer de leerlo antes de que fuera publicado y me divirtió muchísimo. Lo releí y volví a sorprenderme y sumergirme en el encanto de sus páginas. No voy a adelantar nada sobre el contenido; quiero decir: me parece de mal gusto espoilear algo de lo que se van a encontrar. Ojalá logre acicatear su curiosidad.
Sus cuentos son divertidos, desenfadados, y nos mueven a reflexión. No hay nada gratis en ellos, todo está pensado y calculado. Se van a dar cuenta ni bien comiencen a leerlo.
Gracias a la amistad que me une con el autor, me fui enterando de cómo iba convirtiéndose desde un sueño, un sueño impreso en computadora hasta esta forma final, en que la editorial Muerde Muertos, de Buenos Aires, decide incorporarlo a su catálogo, y por estar al tanto de esos pormenores, puedo decirles que el trabajo mancomunado de editor y autor fue arduo. Martín es un escritor obsesivo (creo yo que es la manera en que debe escribirse), y como su obsesión son las palabras, ha pulido, leído y trabajado con estos textos mucho.
Le importan la musicalidad, la sorpresa. Su prosa es equilibrada y juega constantemente con lo que el lector espera. Cuando uno cree prever qué palabra sigue a continuación de la anterior, Martín nos elude, como un delantero hábil y vertiginoso. Creo que esa es la función del verdadero escritor: frustrar al lector. No darle lo que espera, sino darle más.
Él es un hombre inteligente, un hábil hombre que nos atrapa con sus historias. Acá estamos. Acá está su hijo. Brillante, nuevo, berreante. Tómenlo. Sáquenlo a pasear. Lo van a querer. Se los prometo.
Muchas gracias.
(*) Viernes 15 de abril de 2016 en el auditorio del Instituto Julio César Avanza de Bahía Blanca. Jueves 28 de abril de 2016 en la 42º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (Espacio Zona Futuro)