Entrevista a Marcelo Guerrieri, autor de Árboles de tronco rojo (Muerde Muertos, 2012), en el blog dedicado
al escritor y su oficio.
1-¿Dónde escribís?
Mi lugar de escritura siempre estuvo ligado a los lugares
donde fui viviendo. En una época tenía un sillón muy cómodo que perdí en una
mudanza. Extraño ese sillón aunque ahora tengo un lugar muy lindo, al lado de
un ventanal con mucho verde alrededor. A veces saco la compu al balcón, si el
tiempo está lindo, sobre todo a la noche, el barrio es muy tranqui, Parque
Chas, calle de adoquines, árboles, muchas plantas.
2- ¿Trabajás en
computadora o a mano?
En computadora. Estoy acostumbrado a corregir mientras escribo,
cortar, pegar… Algunas veces tomo notas a mano que me sirven para cuando me
siento a escribir en la compu.
3- ¿Escribís todos
los días? ¿Tenés un horario fijo?
Depende del texto en el que estoy laburando. Cuando estoy
enganchado con un cuento necesito escribirlo rápido; en esos momentos escribo
más seguido. Con la novela tardo más, más espaciado.
4-¿Cuánto tiempo le
dedicás?
Varía por épocas, no tengo un tiempo fijo.
5- ¿Algún ritual,
costumbre o manía a la hora de sentarse a escribir?
Cuando empecé a escribir montaba toda una parafernalia medio
ritualista: a la noche, luces apagadas, una vela… cosas así. Ahora ya no tengo
esas manías. Escribo en cualquier momento.
6- ¿Cuándo das por
terminado un texto? ¿Qué recorrido emprende ese texto?
Lo doy por terminado cuando siento que la historia que se me
vino encima la conté con el mayor brillo posible con las herramientas que
aprendí a manejar hasta ese momento. Muchas veces leo el texto en voz alta y
corrijo en función de cómo suena. Lo voy dando a colegas, a veces leo los
textos en mis talleres, los pruebo en lecturas en vivo; cuando se publica está
el laburo final con el editor. Ahí está terminado. El recorrido es variado. Con
el cuento, algunos van a revistas o diarios, se van acumulando cuentos hasta
que armo un libro y ahí empiezo a buscar editorial. Así fue con Árboles de tronco rojo. Ahora se viene
armando un libro nuevo con los cuentos que vine escribiendo desde la edición de
Árboles... A veces mando a concursos.
Algunos cuentos los escribí a pedido para antologías. La novela es distinta.
Voy mostrando fragmentos que tienen unidad en sí mismos, me guardo a los
colegas para que la lean terminada. Una vez laburé una novela en una clínica de
obra con otros nueve escritores que estaban trabajando sus textos, fue una
experiencia muy rica, me sirvió mucho la multiplicidad de lecturas.
7- ¿Qué relación
tenés con tu biblioteca?
De disfrute. Están ahí los libros que fueron quedando, que
fui leyendo y me gustaron. Tengo cerca los libros que uso para el taller, que
llevo para leer en las clases cada semana.
8- ¿Qué libro te
gustaría leer?
2666.
9- ¿Qué cinco libros
no pueden faltar en tu biblioteca ideal?
Va cambiando todo el tiempo.
10- ¿Cuáles son los
autores/libros que te parecen más sobrevalorados y cuáles los menos valorados?
Lo sobrevalorado o no tiene que ver con una construcción del
canon, de luchas de poder de la
Academia , del mercado editorial. No tengo mucho para aportar
por ahí.
11- ¿Qué relación
tenés con la inspiración?
Viene por el lado de la archiconocida frase que se le
atribuye a Picasso: “Cuando llegue la inspiración, que me encuentre
trabajando”. La inspiración para mí es más un estado que un instante. Entrar en
un estado propicio para que lo pulsional vaya tomando forma literaria. Creo en
la inspiración como ese estado intermedio, con un pie en la conciencia y otro
en lo misterioso. Para que ese estado se concrete hay que sentarse a laburar,
básicamente atornillarse a la silla, e invocar ese estado escribiendo,
dispuesto a aceptar la incertidumbre como parte del proceso. Laburo con la idea
de collage: voy trayendo, a medida que avanzo en la escritura, materiales de la
memoria, sensaciones e imágenes que tengo guardadas y que se presentan en
función de lo que estoy escribiendo. Me inspiran situaciones muy variadas: una
imagen de una película, una lectura, conversaciones, experiencias, hechos
sociales y políticos, noticias…
12- ¿Cuándo una
persona se convierte en un buen lector?
Cuando la lectura lo moviliza porque lo convoca desde algún
lugar. Cuando tiene la necesidad de terminar el libro. Un buen lector no sigue
leyendo si el libro no le mueve un pelo.
BONUS TRACK
Experiencias e
impresiones de escribir estimulado por alguna sustancia o en un estado de
conciencia alterado.
El espacio de la escritura implica un estado de conciencia
alterado, distinto al cotidiano, el de causa-efecto… En mi caso necesito estar
con todas las pilas puestas ahí, bien consciente, así que ese estado alterado
lo experimento sin sustancias… salvo el mate, que está ahí siempre mientras
escribo.