Reseña de Manual sadomasoporno (ex tractat) de Alberto Laiseca (Muerde Muertos, 2017) | Por Mariano Buscaglia | Perfil | Suplemento Cultura | Domingo 19 de agosto de 2018
Entre todos los libros de Laiseca, el Manual tal vez sea su obra más íntima y la que mejor condensa sus obsesiones y manías. La reedición cuenta con excelentes dibujos del escritor y artista plástico Carlos Marcos.
El delirio y el grotesco desbordan en cada una de las oraciones del libro y muchos pensamientos, inocentes y dulcísimos, están maquillados con una brutalidad chasco que elevan a Laiseca al panteón de los grandes genios literarios argentinos. Valga como ejemplo esta oración: “Cuando los hombres piensan conservar sus vidas moderándose, la Muerte que es infinitamente sabia, se sonríe”.
La controversia que puede despertar el libro, entre los puristas del discurso políticamente correcto, por su exaltación del masoquismo o el uso irrefrenado de un lenguaje con visos misóginos, es superado por frases determinantes que abruman por la profundidad sísmica de su inteligencia y el uso brillante de una ironía desfachatada. No en vano el autor se autoproclama como “el Nietzsche de las tetas”.
Uno de sus aspectos más interesantes es el apartado de dieciséis opiniones, donde Laiseca dio rienda suelta a sus elucubraciones científicas. Este apartado tiene algo de filosofía forteana y mucho de acertada crítica social, por ahí dice: “Observo, además, que las naciones han tomado por otro rumbo peligroso. Se ha reemplazado el patrón producción por el patrón especulación […] a la larga nos jodemos todos. […] la inflación es un robo simulado y la producción no funciona en un mundo de ladrones”.
El Manual es una declaración de amor a una mujer más joven que lo abandonó, pero también es una declaración de principios extremos, como el número cuatro, que sostiene: “Por el culo no es incesto”.