Por Mauro Yakimiuk para Entre Vidas. 21 de diciembre de 2016
El escritor Carlos Marcos publicó el libro de mixtorietas Inmaculadas, las novelas Recuerdos parásitos y Muerde muertos, estas últimas en coautoría con su hermano José María Marcos, y el libro de cuentos Tu madre… Es bibliotecario, archivista, y con hermano están al frente de la editorial Muerde Muertos. El autor habló parte de sus publicaciones y anticipó los libros que lanzarán con su editorial en el 2017 entre los que se destaca la reedición del Manual sadomasoporno de Alberto Laiseca, con nuevas ilustraciones y un diferente diseño. Contó cómo es manejar una editorial junto a su hermano.
—¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
—Tengo todos los rituales posibles, incluso todos los que no considero rituales: lo son. Subordinado a lo que esté escribiendo en ese momento puede variar entre un cigarrillo inter-párrafo hasta el sacrificio de una docena de ardillas vírgenes y un enano de jardín a la francesa. Del mismo modo, ahorita mismo estoy ahondando en algunos ritos de tribus casi desconocidas o/o en peligro de extinción.
—¿Con qué frecuencia escribís?
—Escribo con menos frecuencia de lo que desearía, con menos frecuencia de lo que leo, con menos frecuencia de lo que imagino, con menos frecuencia de lo que espero, con menos frecuencia de lo que vislumbro o cuento historias. Pero está bien, de otra manera desearía menos, leería menos, imaginaría y esperaría lo justo, vislumbraría y contaría poco y nada.
—¿Cómo nace tu amor por la literatura?
—Nace en el mismo momento del amor a la lectura, en el mismo momento de tomar conciencia del poder de las palabras y a la inevitable fascinación por los libros.
—Hace unos años publicaste el libro de mixtorietas llamado Inmaculadas con la editorial Muerde Muertos en la que hablas de los diferentes tipos de mujeres, ¿cuál fue la imagen disparadora que da lugar a la escritura de ese libro? ¿Manejas la posibilidad de escribir un segundo libro de ese estilo?
—Inmaculadas es un experimento pensado para graficar con palabras y con imágenes algunas de las infinitas formas de lo femenino, no de los diferentes “tipos” de mujeres, sino que es un intento de saltar un poquito más allá de la sombra que proyecta lo llamado “femenino” en el ser humano. El disparador fue un cuadro de la artista plástica Silvia Giménez, de su serie de gordas eróticas, un cuadro de 1.70 cm. alto por 1.10 cm. de ancho, donde retrata un desnudo de una obesa mórbida que no ha perdido sus encantos femeninos. Ese cuadro me acompañó, en préstamo, a lo largo de un año. Regresarlo a su dueña original produjo un vacío “monumental” que me impulsó a reflexionar y pintar mi propia “gorda erótica” que es la primera de la serie de las inmaculadas. Tengo material gráfico y pequeños textos para componer una nueva serie o un nuevo libro, pero no he encontrado cual sería realmente el aportare novedoso al primero o a la idea del primero, sería pura acumulación.
—¿Cómo fue la experiencia de escribir el libro Muerde muertos en coautoría con tu hermano José María?
—Tanto en Muerde muertos como en Recuerdo parásitos, dos novelas de la serie “Quién alimenta a quién”, así como en el proyecto de la editorial y cualquiera de los proyectos compartidos con mi hermano, se juega el placer de volver a jugar juntos, la complicidad de la infancia que no se ha interrumpido a pesar de los años, el conocimiento íntimo del otro y el honor de compartir modos de ver, vivir y sentir el mundo. Una gran experiencia con cualquier ser humano potenciada por los lazos de hermandad.
—¿De qué temas te nutrís para desarrollar tus historias?
—De todo, increíblemente de todo, todo lo que tengo a la mano. Me gusta suponer que la imaginación sustenta al mundo, así que cualquier cosa que roce la imaginación y rompa el circuito de lo previsto es pasible de ser literaturizado. La imaginación ensancha el pene... perdón, ¡el mundo! Bueno, el pene también.
—¿Cómo fue la experiencia de publicar tu libro de cuentos Tu madre… a través de la Exposición de la Nueva Narrativa Rioplatense?
—La experiencia de la Expo (así llamada cariñosamente por los convocados) fue una experiencia colectiva maravillosa. La reunión de tres editoriales independientes con la voluntad de curar y editar cuarenta escritores de la narrativa actual, junto a cuarenta artistas plásticos para producir esos pequeños libros-objetos es en sí digna admiración. Como cualquier colectivo debió enfrentarse a problemas de tránsito, choques, a los avatares de la mecánica, de la física y de la química. Personalmente fue una experiencia enriquecedora y muy valiosa como todos los proyectos colectivos.
—¿Cómo se dio la posibilidad de armar la editorial Muerde Muertos junto a tu hermano José María?
—Como te decía antes, en gran medida debido a la complicidad, a la confianza y a cierto espíritu juguetón que compartimos con José María. También compartimos un padre con grandes dosis de autodidactismo enloquecido que cree que todo puede hacerse, aprenderse, mejorarse, construirse, etcétera, con deseo, esfuerzo y trabajo. En algún despropósito paterno heredado teníamos que tomar parte.
—¿Cuáles son las próximas publicaciones de la editorial?
—En este momento estamos cerrando para la primera parte del año tres proyectos con los cuales enfrentaremos el 2017. La reedición del Manual sadomasoporno de Alberto Laiseca, con nuevas ilustraciones y un diferente diseño. La traducción visual de la novela Strip-tease de Enrique Medina, mediante la colaboración de cuarenta artistas plásticos. Y una novela de Pablo Tolosa que se llamará: Hay que matarlos a todos. Pablo es un escritor del sur argentino que publicó un cuento en nuestra antología Osario común: summa de fantasía y horror. Ahora se le animó a la novela.
—¿En qué proyecto estas trabajando actualmente?
—Seguimos trabajando siempre alrededor de la editorial y de la literatura. Estamos terminando el ciclo de radio Intelectoilets 2016 que llevamos adelante con Fernando Figueras y José María Marcos y proyectando el 2017, con nuevos episodios de los ciclos Entrevistas de Tocador (dos escritores dentro de un baño) y Booktuberías (con Ratón y Carpincho), más entrevistas, juegos y algunas novedades también. Seguimos de ferias, de charlas, de lecturas, de presentaciones y de tapas... Muerde Muertos no se detiene, siempre existen muchas pavadas por hacer. Demasiadas, a veces.