Reseña de Cultura Metálica (Clara Beter, 2014) en Marcha. Por Mariela Gurevich
En la famosa trilogía de Back to the Future (conocida en nuestro país como Volver al futuro), el Doctor Emmett Brown le pregunta a Marty Mcfly (el protagonista) si en el futuro tenían problemas con la gravedad. La cosa era que Marty, ante cualquier situación problemática, decía: “This is heavy”. Bien, el asunto es que en la actualidad lo “heavy” tiene distintas manifestaciones, distintas aristas que hacen que definir este concepto sea aún más complejo. Si la gravedad no es la misma para algunos, es porque sus vidas vuelan con otra densidad; partículas que se suspenden en otro aire porque contienen otra materia.
Las voces de discotecas no
tienen cabida: Cultura Metálica
Mientras las imágenes de los estereotipos nos tatúan la piel, a comienzos de noviembre las calles de Boedo se inundaron una vez más para cortar de cuajo con lo que se cree o se dice que es el heavy. Así, en el marco de la II Feria del libro Heavy de Buenos Aires se presentó, entre muchas otras actividades, el libro Cultura Metálica (Editorial Clara Beter), en donde se plasmaron las ponencias, debates y exposiciones de la I Feria, también realizada en el barrio de Boedo.
Gito Minore (gestor de la Feria y editor del libro) arranca tirando la primera bomba: “El heavy metal es una cultura letrada”. Sí, señores y señoras, para todos aquellos que pensaban que esto era sólo tachas, cuero ajustado, pelos largos y mucha birra, el libro comienza plantando bandera en un territorio que el común de la gente piensa ajeno al heavy. Pareciera ser que el hecho de no tener un anclaje en el centro del mercado discográfico posiciona a este estilo musical por fuera de cualquier manifestación cultural que se crea valiosa. Fuera de esta creencia, comenta Minore en el prólogo de Cultura Metálica, las revistas y fanzines especializados fueron proliferando con el tiempo hasta que comenzaron a aparecer artículos críticos y académicos relacionados con el género. De esto va el libro, una compilación de estas producciones que siempre se ligaron con otros estilos musicales pero que ahora llegan de la mano del heavy.
El artículo sobre la charla “Muerde Muertos Hellraiser” de Fernando Figueras, Carlos Marcos y José María Marcos, dibuja una línea que capta la noción del metal como una manifestación cultural. No es sólo un estilo musical; es una actitud, una cosmovisión de la existencia que se lleva a la práctica extendiéndose a la poesía y a la narrativa. De esta forma dicen: “Heavy, pesado. Se entiende que nos referimos a algo contundente, que tiene peso”. La novela Hellraiser de Clive Barker (1952), que luego sería el germen de la canción homónima, les sirve como puntapié inicial para desarrollar su visión sobre lo anómalo-heavy, un lugar donde el conformismo, el sin sentido y la alienación son arrasadas por el arte como un bálsamo que nos permite salir de una quietud pestilente.
Es en esta misma línea es que Andrés Gómez piensa la poesía en relación al metal extremo. Son los “lugares imposibles de existir en el inconsciente colectivo simple” lo que se implanta como una visión subversiva que horroriza al pensamiento estanco y lo pone en la vereda de enfrente.
La figura de Ricardo Iorio es retomada por Nuna Calvo y Emiliano Scaricaciottoli en una charla moderada por Gito Minore. Nuna Calvo, profesora e investigadora en el área de Letras y Comunicación, analiza no sólo las letras de rock ligadas al metal pesado argento sino que va más allá poniendo en juego tapas de discos y shows en vivo poniendo en foco tanto lo que pasa en el escenario como lo que pasa abajo, el pleno vibrar de los cuerpos en el pogo infinito. Asimismo, Emiliano Scaricaciottoli trabaja una genealogía muy particular: Almafuerte, Castelnuovo y Iorio. Una vez más, el heavy se vincula con una cosmovisión letrada que excede los límites musicales: “Ricardo representa una literatura, una historia literaria de un movimiento crítico y detrás del tipo hay una biblioteca” enfatiza Scaricaciottoli como eje fundamental de su trabajo.
Retomando la noción de estereotipo, César Fuentes Rodríguez en “El prejuicio ilustrado” va contra la idea cristalizada del heavy metal como un “cavernícola analfabeto de la era pre-digital”. De esta forma hace hincapié en la gran cantidad de producciones escritas que circulan en distintos medios tanto gráficos como digitales y que son cada vez más consultadas y consumidas por un público ávido de información. Y sí, arremete también contra esos que identifican al heavy con una sólo clase social poniendo en evidencia que es el metal un género que atraviesa las clases sociales como un cuchillo. En otro sentido más específico pero con un espíritu similar, Daniel Gaguine y Matías Recis hablan sobre su biografía sobre Metallica que intenta no ser un discurso complaciente sino crítico, saliendo ahora del estereotipo del biografismo condescendiente.
Por último, Cristina Rafanelli aborda un tema a veces poco conocido dentro del Heavy que es la reivindicación de las causas de los pueblos originarios. Si bien no es una temática que aparezca en la mayoría de las bandas del género, podemos encontrar a nivel local bandas como Almafuerte y Tren Loco que levantan las banderas de esta causa nacional.