El autor de la novela más larga de la literatura argentina
suele definirse como actor. Así, Alberto Laiseca ratifica su extraño lugar
dentro del campo literario: escribió sus primeras obras junto a autores como
Piglia, Aira y Fogwill pero en el canon ocupa un lugar desconcertante.
Trabajador rural, peón de limpieza, empleado de Entel, corrector de La Razón,
hoy es consejero sentimental en un programa para adolescentes y puede jactarse
de haber logrado que su taller trascienda lo literario. Sus discípulos forman a
su alrededor una red de contención y promoción. “Sin ellos sería la soledad más
absoluta”, dice. Perfil del autor que escribe con disciplina militar y piensa
que la literatura jamás podrá cambiar nada. La nota AQUÍ